viernes, 16 de agosto de 2013

Soledad y Paz a Golpe de Pedal

Muy de vez en cuando, decido escapar de las zonas urbanas, lejos del bullicio de la gente, del trafico, del asfalto y del ladrillo, para disfrutar de la soledad, de la paz que me proporciona caminar o pedalear por espacios naturales más o menos alejados de mi lugar de residencia.

Un poco de fruta, agua y algo de bebidas isotónicas son suficientes para disfrutar durante algunas horas de aquello que para otros/as significa tan poco o casi nada, que en ocasiones, deciden arrasarlo.

Durante estas jornadas, bastante más relajadas que el resto, suelo llevar más a mano la cámara para poder fotografiar todo aquello que en recorridos anteriores  quedó registrado en mi memoria. Esas pequeñeces que aunque insignificantes, son verdaderas fuentes de vida que solo ocupan nuestro pensamiento  y valoramos una vez son destruidas y perdidas para siempre.

Aun recuerdo, siendo yo jovencito, como preparaba durante toda la semana mi mochila, mi tienda de campaña, mis botas, etc. y como esperaba con impaciencia la llegada del viernes por la tarde para subir al tren o al autobús que me llevaba lo más cerca posible del lugar elegido para acampar libremente. Una vez instalado, era obligado salir a explorar, para conocer, aprender y disfrutar de los más grande e importante que tenemos.

Hoy, todo aquello queda para el recuerdo de quienes algún día pudimos vivirlo. La libertad mal entendida y peor obrada de algunos, la avaricia y los intereses económicos de otros, consiguieron que se prohibiera la acampada y el libre tránsito de personas por determinados lugares que jamás habían estado vetados al tránsito y disfrute de las personas.

Si los madrileños/as, tenemos un recuerdo de nuestras primeras acampadas libres, posiblemente nuestra memoria nos guíe hasta Las Dehesas de Cercedilla, Valle de la Fuenfría, en pleno corazón del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

En esta última fotografía tomada desde el Alto de Navacerrada, podemos ver Cercedilla y parte del Valle al fondo y con tristeza y pesar me pregunto ¿Qué hubiera sido de todo esto sin la prohibición y consiguiente protección?

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