jueves, 25 de julio de 2013

Día triste que perdurará en el tiempo y en nuestros corazones.

          Esta mañana desperté con una amarga y triste noticia. Galicia, tierra muy querida por mí, llora desde anoche a las víctimas de un terrible accidente ferroviario ocurrido en la víspera de su Fiesta Grande, Santiago Apóstol.

          Conocí Galicia en mi primera peregrinación a Santiago de Compostela en el año 2008 y como bien dice el propio título de este blog... si existe un camino que nos une a millones de personas de todo el mundo, ese es el Camino de Santiago.

          Camino, que tristemente se vio truncado por la fatalidad y/o cúmulo de circunstancias que impidieron funcionar correctamente los más sofisticados sistemas de seguridad, de las más avanzadas infraestructuras ferroviarias del mundo.
 
         Cierto es que ese camino, aunque distinto en forma y manera al que recorremos normalmente los peregrinos, se ha cobrado hasta el momento de este escrito "ochenta vidas". Ochenta familias rotas, montones de proyectos, de ilusiones y deseos incumplidos. Un pueblo, el gallego, destrozado. Un país, España, consternado mientras el mundo entero mira con tristeza a Santiago de Compostela, preguntándonos todos porqué, sintiéndonos impotentes por no poder hacer nada para recuperar todo lo que allí se ha perdido.
 
          No se si este verano podré ver cumplida mi ilusión de emprender un nuevo camino que me lleve hasta Santiago de Compostela, lo que si tengo claro desde este mismo instante, es que en mi próxima peregrinación, me acompañarán en el pensamiento y en el corazón todas aquellas personas que ayer no vieron cumplido su objetivo, su sueño, su ilusión, su viaje.
Un abrazo enorme para todos/as.
         

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