Aunque nací y me crié en Madrid, desde muy pequeño pasé largos periodos vacacionales en un pequeño y típico pueblo cordobés, Andalucía, España. A tan temprana edad y a excepción de las calles empedradas del pueblo, fueron los caminos mis principales vías de comunicación para trasladarme bien caminando o en bicicleta, hasta las huertas, cortijos, fincas de los amigos e incluso a los pueblos más cercanos.
Lejos del peligro que entrañaba el tráfico de las carreteras, disfrutaba del entorno natural, del medio rural y de todos y cada uno de los lugares a los que aquellos caminos me conducían. Me apasionaba sentirme rodeado de todo aquello que en Madrid me resultaba tan lejano.
Sin darme apenas cuenta, fue surgiendo en mí esa maravillosa afición al senderismo, que me abrió las puertas a la montaña, a la escalada, al parapente... Pero uno se hace mayor y surgen nuevas formas de recorrer y disfrutar de nuestra geografía y su entorno. Ahora os hablo de miles y miles de km. en bicicleta de montaña. Caminos, senderos, vías pecuarias que me han conducido hasta infinidad de pueblos y aldeas, cruzando bosques, montañas, ríos, túneles y puentes.
Templos, monasterios, iglesias, ermitas, castillos, fortalezas, viaductos, canales, presas y todo tipo de construcciones, en muchos casos, cargadas de siglos de historia; esperan mi llegada en ésta o en próximas aventuras, que espero seguir viviendo mientras fuerza y salud me acompañen.
No sería justo concluir la presentación de este Blog sin enviar un enorme abrazo y mi cariño a todas aquellas personas a las que he conocido en mis rutas. A las que pregunté como seguir y me guiaron. A las que sin pedirles... me dieron. A quienes me acogieron regalándome su confianza, generosidad y hospitalidad. A quienes en momentos de dificultad, me ayudaron. A quienes encontré en un camino y sin conocernos decidimos continuar juntos. A quienes se acercaron para saludarme y desearme un buen camino.
A todas y a cada una de estas personas, muchísimas gracias por ser como sois. Gracias porque el destino cruzara nuestras vidas, pues esto es lo que me motiva y anima para seguir soñando y planificando nuevas aventuras.
Un Saludo.
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